“Dime y lo olvido,
enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”
El
aprendizaje es el fin primordial de la actividad docente, todos los maestros nos planteamos objetivos los cuales debemos
lograr a través de la acción educativa. Sin embargo, es necesario
comprender que no todas las personas
aprendemos de la misma manera, Kolb, Honey y Munford desarrollaron el CHAEA
(Charla a través de la enseñanza y el aprendizaje) en donde plantean cuatro
distintas formas o estilos de aprendizaje.
ESTILO ACTIVO: son las personas que buscan nuevas
experiencias, son de mente abierta se involucran fácilmente en nuevas
actividades.
ESTILO REFLEXIVO: analizan mucho antes de llegar a
una conclusión, son muy observadoras y prudentes.
ESTILO TEÓRICO: buscan la racionalidad y
objetividad, tienden a ser perfeccionistas.
ESTILO PRAGMÁTICO: prefieren las actividades prácticas,
buscan experimentar a través de la aplicación de las ideas.
COMENTARIO FINAL:
No es malo ni bueno tener preferencia por alguno de los estilos de aprendizaje mencionados, incluso la mayoría de las personas tenemos más de una forma de aprender. Lo ideal es desarrollar los cuatro estilos para obtener aprendizajes significativos.
La
complejidad de la labor docente radica en combinar estrategias donde se
potencien los cuatro estilos para que todos los alumnos aprendan y debe ser
flexible para que el alumno se exprese de acuerdo a su estilo de aprendizaje. Considero que este es un reto, que como docentes en busca de la calidad educativa, debemos asumir.
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